miércoles, 18 de abril de 2012

Cuentos de brujas I

 

 LA MUY MALA SUERTE



Suerte era el nombre de una bruja malvada y caprichosa. Tanto daño hacía con sus hechizos, que todos temían que “la Mala Suerte” pasara siquiera cerca de sus casas. Constantemente trataban de esconderse de ella, ocultándose en cualquier lugar.
Pero una noche, un joven decidió salir a su encuentro. Cuando la bruja lo vio llegar tan decidido y valiente, le preguntó sorprendida:
- ¿A dónde vas tan tarde, joven? ¿Cómo es que no tienes miedo?
Es que voy en busca de una bruja. La llaman la Buena Suerte- respondió el muchacho.
- Te equivocas- dijo la bruja- Yo soy esa bruja, aunque me llaman la Mala Suerte. Esa que dices no existe.
- Ah, claro que existe. Simplemente no eres tú. Será otra bruja con un nombre parecido.
Suerte era una bruja solitaria, y como buena bruja solitaria estaba segura de que no había ninguna otra bruja en toda la comarca, y menos aún con su mismo nombre. Así que insistió.
- Entonces tienes que estar buscándome a mí, a la Mala Suerte.
- Que noooo -respondió obstinado el joven- ¿Has oído alguna vez que alguien busque a la Mala Suerte? ¡Claro que no! Te repito que yo busco a la Buena Suerte.
La bruja se molestó un poco, pero segura como estaba de que se trataba de ella, decidió investigar un poco.
- ¿La has visto alguna vez? ¿Cómo la vas a reconocer? - preguntó.
- No la he visto nunca, pero será fácil reconocerla. Dicen que hace cosas buenas.
- Yo puedo hacer cosas buenas- respondió la bruja-. ¡Mira!
Y al decir eso, convirtió una piedra en una sabrosísima manzana, y se la ofreció al joven.
- No es solo eso. La Buena Suerte protege a los que la encuentran.
- ¡Pero yo también! - protestó la bruja, al tiempo que golpeaba el hombro del joven para apartar un escorpión que estaba a punto de clavarle su aguijón.
Así siguieron hablando durante toda la noche. A cada cosa que comentaba el joven, la bruja trataba de convencerlo de que era a ella a quien buscaba. Cuando llegó la hora de separarse, el joven dijo.
- Casi me has convencido, pero hay una cosa más. La Buena Suerte siempre espera a los que la buscan.
- ¡Yo también lo haré! Vuelve mañana a buscarme - se despidió la bruja.
Y aunque la bruja siguió haciendo de las suyas, cada noche volvía a esperar al joven. A veces cambiaba de sitio, o de forma, o de ánimo, o de color, pero siempre estaba allí, esperando al joven. Y a quienes se atrevan a salir a buscarla, para quienes ha reservado sus mejores cuidados y regalos.
Anónimo.


UNA BURBUJA PUEDE MÁS QUE UNA BRUJA.

  Grande fue la sorpresa cuando en el pueblo de Burubú aparecieron por el cielo azul millones de burbujas que invadieron el pueblo. ¡Qué susto! ¡Qué sorpresa! ¿De dónde vienen?, gritaba la gente enloquecida, los bomberos, la policía también el intendente, las maestras, los alumnos, los ancianos, no podían creer lo que veían.
Entonces, el anciano más anciano del pueblo dio una explicación a este raro, suceso:
-“Es la bruja la más bruja de las brujas la que está haciendo esto.” Todos se miraron sin entender, entonces el anciano empezó a contar:
-Hace mucho tiempo en el pueblo de Burubú, una bruja se presentó reclamando una parte del gran parque. En él quería construir el castillo de brujas más terrorífico del universo. Por supuesto, esta propuesta les dio mucha risa a todos, cosa que enojo mucho a la bruja, y entonces prometió regresar un día con mejor poderes para asustar a los habitantes y de esta manera todos abandonarían el pueblo. Ella sería la gran bruja de Burubú.
- ¡Claro! Dijeron todos los que escucharon al anciano.
- ¡Es la bruja mas bruja de todas las brujas!
- ¿Qué hacemos? -Se preguntaron todos. De pronto una de las chicas del pueblo llamada Amapola dijo: ¡Ya se! Nos podemos unir todos y derrótala con su propio hechizo.
Todos se unieron, juntaron mucho detergente y lo pusieron en grandes ollas de agua, armaron un burbujero gigante y cuando apareció la bruja, entre todos soplaron, soplaron, soplaron y se formó una burbuja tan grande que hasta ellos se asustaron. Esperaron a que la bruja apareciera y la soltaron.
¡Qué risa! La bruja quedo atrapada en la burbuja y se fue protestando por el cielo.
Todos en el pueblo gritaron:
- “¡Una burbuja puede más que una bruja!”
ANÓNIMO.





LA BRUJA JORGELINA



“¡HADAS Y VARITAS!", PROTESTABA LA BRUJA JORGELINA, QUE NO ENCONTRABA SU GRAN LIBRO DE HECHIZOS MAGISTRALES POR NINGÚN LADO.


“¿ESTARÁ EN EL COFRE ENCANTADO? NO. ¿EN LA MARMITA PARA PREPARAR POCIONES MÁGICAS? TAMPOCO. YA MIRÉ EN EL PORTAEQUIPAJES DE LA ESCOBA Y REVISÉ LAS TELAS DE ARAÑA, POR SI ESTABA AHÍ ENREDADO. NADA. Y PARA COLMO, LA FÓRMULA PARA APARECER LIBROS PERDIDOS… ¡TAMBIÉN ESTÁ EN EL LIBRO!”.

LA POBRE NO ENCONTRABA CONSUELO.


ES QUE JORGELINA ERA UNA BRUJA TERRIBLEMENTE DISTRAÍDA. Y NO ES QUE SÓLO PERDIERA LAS COSAS. ESO SERÍA LO DE MENOS. LO PEOR ES QUE ELLA HACÍA SUS HECHIZOS COMO SI NADA ¡Y DESPUÉS SE OLVIDABA DE DESHACER LOS ENCANTAMIENTOS! AHÍ QUEDÓ EL POBRE PRÍNCIPE, CONVERTIDO EN SAPO, CROANDO INÚTILMENTE EN EL JARDÍN. ¿Y LA PRINCESA? ¡QUÉ PICARDÍA! TAN JOVEN Y CONVERTIDA EN JIRAFA. Y LA BRUJA…, NI SE ACORDABA. HASTA LE DABA GALLETITAS CUANDO IBA AL ZOOLÓGICO.


UNA TARDE DE LLUVIA, CONVIRTIÓ A SU VECINO EN PARAGUAS, CON LA PROMESA DE “RECONVERTILO” EN PERSONA CUANDO PASE EL CHUBASCO. PUES LA BRUJA SE OLVIDÓ Y EL HOMBRE QUEDÓ ABANDONADO, BOCA ABAJO EN EL PARAGÜERO, ESPERANDO ALGUNA LLOVIZNA PARA SALIR A DAR UNA VUELTA. Y ESO NO ES TODO…


OTRO DÍA, DE MUCHO CALOR, LA BRUJA CONVIRTIÓ AL AGUA DE LA FUENTE EN HELADO DE LIMÓN. ¡QUÉ LÍO! UNOS PEDÍAN A GRITOS QUE VOLVIESE EL AGUA Y OTROS QUERÍAN HELADO DE DULCE DE LECHE. LA PLAZA SE LLENÓ DE VISITAS GUIADAS Y SE LEVANTARON PUESTOS DE “SOUVERNIRS” PARA LOS TURISTAS, DONDE VENDÍAN UN VIDEO DEL HELADO FLUYENDO A BORBOTONES. ¿Y LA BRUJA? NO SE ACORDABA DE NADA. CUANDO PASABA CERCA DE LA FUENTE, PROBABA UN POCO DE HELADO Y SEGUÍA ADELANTE LO MÁS TRANQUILA.


Y ESO QUE HACÍA TODO LO POSIBLE PARA NO OLVIDARSE DE LAS COSAS. CUANDO ENCANTÓ A LA PRINCESA, LE HIZO UN NUDO AL PAÑUELO. CUANDO CONVIRTIÓ AL PRÍNCIPE, PUSO UNA ESTRELLA EN LA PUNTA DE SU SOMBRERO. EL DÍA DE LA FUENTE PINTÓ LA MARMITA DE AMARILLO LIMÓN. Y LE PUSO UN MOÑO AL PARAGUAS. ¡QUEDABA TAN LINDO CON EL MOÑITO! PERO TANTO ESFUERZO NO SERVÍA PARA NADA. JORGELINA NO SABÍA PARA QUE HABÍA HECHO TODAS ESAS COSAS. ADEMÁS, COMO BUENA BRUJA DESPISTADA, TENÍA LA HELADERA LLENA DE PAPELITOS “AYUDAMEMORIA”. HABÍA ANOTADO ALGUNAS FÓRMULAS Y ESTABAN PEGADAS CON IMANES PARA TENERLAS BIEN A LA VISTA.


LA CUESTIÓN ES QUE DE TANTO BUSCAR EL GRAN LIBRO LE DIO UNA SED BÁRBARA Y CUANDO FUE A LA HELADERA A SERVIRSE JUGO DE ANANÁ, VIO LOS ENCANTAMIENTOS PEGADOS EN LA PUERTA CON IMANES DE TODOS COLORES. “¡LAS FÓRMULAS!”, GRITÓ ENTUSIASMADA. “¡SEGURO QUE UNA DE ELLAS HACE APARECER MI GRAN LIBRO!”


TOMÓ UNO DE LOS PAPELITOS, SE ACOMODÓ EL SOMBRERO Y LEYÓ: “A LA UNA, A LAS DOS Y A LAS TRES: ¡QUÉ EL PARAGUAS SE PARE EN DOS PIES!” Y AHÍ NOMÁS APARECIÓ EL VECINO TODO APRETADO EN EL PARAGÜERO.

“¡POR FIN JORGELINA! ¡YA NO SABÍA CÓMO ACOMODAR MIS VARILLAS PARA ESTAR CÓMODO!”, DIJO EL SEÑOR MIENTRAS DESCENDÍA DEL PARAGÜERO. JORGELINA SE ACERCÓ A LA PUERTA Y SE DESPIDIÓ CORTESMENTE DE SU VECINO. “¡LO INVITO A TOMAR EL TÉ ESTA MISMA TARDE!”, LE DIJO. DESPUÉS DE TODO, HACÍA MUCHO QUE NO LO VEÍA.


SIN PERDER MÁS TIEMPO, LA BRUJA PUSO VOZ GRAVE Y PROBÓ CON OTRO PAPELITO: “MANANTIALES… ELEGANTES…: DANOS AGUA, COMO ANTES!” EN LA PLAZA SE OYÓ UN PROLONGADO MURMULLO DE DESCONTENTO. LOS TURISTAS APAGARON LAS FILMADORAS Y LOS CHICOS BAJARON LOS CUCURUCHOS CON QUE IBAN A SERVIRSE HELADO. DE LA FUENTE NO BROTABA MÁS QUE PURA Y FRÍA AGUA CRISTALINA. “¡BAH!”, DIJO UN RECIÉN LLEGADO, “OTRO ENGAÑO PARA PROMOVER EL TURISMO”.


JORGELINA NO SE DESANIMÓ. “¡TIENE QUE APARECER MI LIBRO!”, REPETÍA TEMBLOROSA AL TIEMPO QUE TOMABA UN TERCER PAPELITO DE LA PUERTA DE LA HELADERA: “A LAS CUATRO, A LAS CINCO, A LAS SEIS: ¿ES UN SAPO LO QUE VEIS?” ¡PUF! UNA GRAN NUBE DE HUMO EN EL ESTANQUE DEL JARDÍN Y EN LUGAR DEL BATRACIO, APARECIÓ UN APUESTO PRÍNCIPE. PERO, EL IRUPÉ EN EL QUE ESTABA SENTADO NO SOPORTÓ SU PESO Y EL POBRE SE FUE A PIQUE. JORGELINA LE PRESTÓ UN SECADOR DE PELO Y LE HIZO UNA SOPA CALIENTE PARA EVITAR UN RESFRÍO. ¡FALTABA MÁS! ¡EL PRÍNCIPE SE HABÍA HUNDIDO EN SU PROPIO ESTANQUE!


LA BRUJA ESTABA AGOTADA. ¡TANTO HECHIZO Y EL LIBRO QUE NO APARECÍA! “UNO MÁS Y NO PRUEBO MÁS”, DECIDIÓ POR FIN .HIZO ALGUNOS EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN Y AL RATO ENUNCIÓ PAUSADAMENTE LA ÚLTIMA FÓRMULA QUE TENÍA PEGADA A LA HELADERA: ”LARGO CUELLO…GRAN FINEZA: ¡NO ES JIRAFA VUESTRA ALTEZA!” OTRO ¡PUF! Y OTRA NUBE. LA JIRAFA, ”RECONVERTIDA” EN PRINCESA, ACEPTÓ CON UNA REVERENCIA LA GALLETITA QUE LE EXTENDÍA UN CHICO ASOMBRADO. SIN PERDER LA COMPOSTURA, SALIÓ CAMINANDO DE LA JAULA Y SE TOMÓ UNA CARROZA PARA EL PALACIO. LOS HIPOPÓTAMOS Y LOS ELEFANTES SE MIRABAN INTRIGADOS. ¡A VER SI ELLOS TAMBIÉN SE CONVERTÍAN EN PRINCESA!


FINALMENTE SE DIO POR VENCIDA. NO LE QUEDABAN MÁS HECHIZOS EN LA HELADERA Y EL LIBRO ESTABA DEFINITIVAMENTE PERDIDO. YA NO HABÍA NADA QUE HACER. SIN EL GRAN LIBRO, NO HAY BRUJA QUE VALGA.

“¡QUÉ TRISTEZA! TODA UNA VIDA CONVIRTIENDO CHICOS EN BURRITOS… EMBRUJANDO MANZANAS… Y AHORA, ¡NO PUEDO CONVERTIR NI A UN MOSQUITO!”


LENTAMENTE, PUSO LA TAPA A SU MARMITA Y FUE GUARDANDO EN EL APARADOR TODOS LOS POTES CON UÑAS DE BÚHO, LOS FRASQUITOS CON CEJAS DE PUDÚ-PUDÚ, LOS SACHETS CON PESTAÑAS DE UNICORNIO Y LAS OTRAS COSAS QUE USABA EN SUS POCIONES.
TOTAL… SIN LOS HECHIZOS MAGISTRALES, NO SERVÍAN PARA NADA. AGOBIADA, SE QUITÓ SU SOMBRERO DE ESTRELLITAS EN SEÑAL DE DERROTA Y… ¡QUÉ SORPRESA! ¡ALLÍ ESTABA EL GRAN LIBRO DE HECHIZOS MAGISTRALES!


“¡PERO CLARO! ¡AHORA ME ACUERDO! ¡LO PUSE EN EL SOMBRERO PARA NO PERDERLO! ¡QUÉ CABEZA LA MÍA!" “¡LO TUVE TODO EL TIEMPO CONMIGO!”, GRITABA LA BRUJA DANDO SALTOS DE ALEGRÍA. “¿CÓMO ME PUDE OLVIDAR?” JORGELINA DESTAPÓ LA MARMITA Y SACÓ A RELUCIR TODOS LOS FRASCOS OTRA VEZ. “¡UNA BUENA BRUJA DEBE DE TENER TODOS LOS ELEMENTOS A LA VISTA”, SE DECÍA, CON SUSPIROS DE EMOCIÓN.


EN MEDIO DE LAS RISAS LLEGÓ EL VECINO INVITADO A TOMAR EL TÉ. TANTO TIEMPO EN EL PARAGÜERO… ¡LE HABÍA TOMADO CARIÑO A LA CASA! “BIENVENIDO, VECINO, ADELANTE” SALUDÓ AMABLEMENTE LA BRUJA. ”NO SABE QUÉ CONTENTA ME PONE”

“JORGELINA”, DIJO EL VECINO, “MIRE, LE TRAJE UN REGALITO. ES UN PARAGUAS. POR SI LLUEVE, USTED SABE. QUE NO LE VAYA A FALTAR”. “AY, VECINO, MUCHAS GRACIAS. NO SE HUBIERA MOLESTADO. LO ÚNICO QUE LE PIDO, ES QUE ME AYUDE A BUSCAR LA TETERA. ¿USTED SABE QUE NO ME PUEDO ACORDAR EN QUÉ LA CONVERTÍ?” …



FIN



AUTOR: LAURA ESTEFANÍA






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