viernes, 12 de octubre de 2012

Conocimiento del mundo. Resumen las plantas.

http://www.slideshare.net/anisbel/las-plantas3-3290297

Después de ver el video, responder:

1.¿Cuáles son las partes de las plantas? y ¿qué función cumple cada una?
2. ¿Por qué son seres vivos?
3. ¿Cuáles son las causas por las que las plantas pueden morir?
4.  Nombrá dos frutos secos y tres carnosos.
5. ¿Cuál es la impotancia de las plantas en el planeta tierra?


jueves, 11 de octubre de 2012

Video de los cuerpos geométricos


Ver el video: http://www.youtube.com/watch?v=XPRSONHI-bQ


 Responder las siguientes preguntas en el cuaderno:
1. ¿Cómo se llaman los cuerpos geométricos que aparecen en el video?
2. ¿Cuáles son los cuerpos que ruedan? ¿Por qué será?
3. ¿Cuál es el único cuerpo que no tiene vértice?
4. ¿Cuáles son los cuerpos curvos?
5. ¿Cómo se llaman los cuerpos con figuras planas?


Jugando con las formas geométricas.

Tenés distintos niveles de juego. Elegí el que quieras jugar =). ¡Suerte!

http://www.tudiscoverykids.com/juegos/formas-geometricas/

miércoles, 10 de octubre de 2012

Matemática. Operaciones. Multiplicación.

Conocimiento del mundo. Las plantas y los animales.

Matemática. Medidas.

Matemática. Números.

Matemática. Operaciones.Sumas y restas.

 SUMAS

Actividad 1.

Cuentas fáciles.

http://www.ceipjuanherreraalcausa.es/Recursosdidacticos/SEGUNDO/datos/02_Mates/03_Recursos/01_t/actividades/operaciones/01.htm

Actividad 2.

Cuentas no tan fáciles.

http://www.ceipjuanherreraalcausa.es/Recursosdidacticos/SEGUNDO/datos/02_Mates/03_Recursos/01_t/actividades/operaciones/02.htm

Actividad 3.

Cuentitas con más cantidad de números.

http://www.ceipjuanherreraalcausa.es/Recursosdidacticos/SEGUNDO/datos/02_Mates/03_Recursos/01_t/actividades/operaciones/03.htm


RESTAS.

Actividad 1. Muy fáciles.

http://www.ceipjuanherreraalcausa.es/Recursosdidacticos/SEGUNDO/datos/02_Mates/03_Recursos/01_t/actividades/operaciones/04.htm

Actividad 2. No tan fáciles.

http://www.ceipjuanherreraalcausa.es/Recursosdidacticos/SEGUNDO/datos/02_Mates/03_Recursos/01_t/actividades/operaciones/05.htm



Actividad: el verbo

Actividad de ortografía: r/rr- terminación z - d

Actividad: disminutivos/aumentativos

Actividad: los sinónimos/antónimos

Actividad: escritura de oraciones.

Actividades: la sílaba

Actividades:Género masculino o femenino

Actividad: singular o plural

Actividad de escritura:TR-DR-BR.CR-PR-BL

miércoles, 3 de octubre de 2012

Cuentos cortos infantiles

Cruel historia de un pobre lobo hambriento.


Roldán, Gustavo

Cruel historia de un pobre lobo hambriento.








- ¿Y cuentos, don sapo? ¿A los pichones de la gente le gustan los cuentos?- preguntó el piojo.
- Muchísimo.
- ¿Usted no aprendió ninguno?
- ¡Uf! un montón.
- ¡Don sapo, cuéntenos alguno!- pidió entusiasmada la corzuela.

 



- Les voy a contar uno que pasa en un bosque. Resulta que había una niñita que se llamaba Caperucita Roja y que iba por medio del bosque a visitar a su abuelita. Iba con una canasta llena de riquísimas empanadas que le había dado su mamá...
- ¿Y su mamá la había mandado por medio del bosque?- preguntó preocupada la paloma.
- Sí, y como Caperucita era muy obediente...
- Más que obediente, me parece otra cosa- dijo el quirquincho.
- Bueno, la cuestión es que iba con la canasta llena de riquísimas empanadas...
- ¡Uy, se me hace agua la boca!- dijo el yaguareté.
- ¿Usted también piensa en esas empanadas?- preguntó el monito.
- No, no- se relamió el yaguareté-, pienso en esa niñita.
- No interrumpan que sigue el cuento- dijo el sapo; y poniendo voz de asustar continuó la historia-: cuando Caperucita estaba en medio del bosque se le apareció un lobo enorme, hambriento...
- ¡Es un cuento de miedo! ¡Qué lindo!- dijo el piojo saltando en la cabeza del ñandú-. A los que tenemos patas largas nos gustan los cuentos de miedo.
- Bueno, decía que entonces le apareció a Caperucita un lobo enorme, hambriento...
- ¡Pobre...!- dijo el zorro.
- Sí, pobre Caperucita- dijo la pulga.
- No, no- aclaró el zorro-, yo digo pobre el lobo, con tanta hambre. Siga contando, don sapo.
- Y entonces el lobo le dijo: Querida Caperucita, ¿te gustaría jugar una carrera?
- ¡Cómo no!- dijo Caperucita-. Me encantan las carreras.
- Entonces yo me voy por este camino y tú te vas por ese otro.
- ¿Tú te vas? ¿Qué es tú te vas?- preguntó intrigado el piojo.




- No sé muy bien- dijo el sapo-, pero la gente dice así. Cuando se ponen a contar un cuento a cada rato dicen tú y vosotros. Se ve que eso les gusta.
- ¿Y por qué no hablan más claro y se dejan de macanas?
- Mire mi hijo, parece que así está escrito en esos libros de dónde sacan los cuentos.
- Y cuando hablan, ¿También dicen esas cosas?
- No, ahí no. Se ve que les da por ese lado cuando escriben.
- Ah, bueno, no es tan grave entonces- dijo el monito-. ¿Y qué pasó después?
- Y entonces cada uno se fue por su camino hacia la casa de la abuela. El lobo salió corriendo a todo lo que daba y Caperucita, lo más tranquila, se puso a juntar flores.
- ¡Pero don sapo- dijo el coatí-, esa Caperucita era medio pavota!
- A mí me hubiera gustado correr esa carrera con el lobo- dijo el piojo-. Seguro que le gano.
- Bueno, el asunto es que el lobo llegó primero, entró a la casa, y sin decir tú ni vosotros se comió a la vieja.
- ¡Pobre!- dijo la corzuela.
- Sí, pobre- dijo el zorro-, qué hambre tendría para comerse una vieja.
- Y ahí se quedó el lobo, haciendo la digestión- siguió el sapo-, esperando a Caperucita.
- ¡Y la pavota meta juntar flores!- dijo el tapir.
- Mejor- dijo el yaguareté- déjela que se demore, así el lobo puede hacer la digestión tranquilo y después tiene hambre de nuevo y se la puede comer.
- Eh, don yaguareté, usted no le perdona a nadie. ¿No ve que es muy pichoncita todavía?- dijo la iguana.
- ¿Pichoncita? No crea, si anda corriendo carreras con el lobo no debe ser muy pichoncita. ¿Cómo sigue la historia, don sapo? ¿Le va bien al lobo?
- Caperucita juntó un ramo grande de flores del campo, de todos colores, y siguió hacia la casa de su abuela.
- No, don sapo- aclaró el zorro-, a la casa de la abuela no. Ahora es la casa del lobo, que se la ganó bien ganada. Mire que tener que comerse a la vieja para conseguir una pobre casita. Ni siquiera sé si hizo buen negocio.
- Bueno, la cuestión es que cuando Caperucita llegó el lobo la estaba esperando en la cama, disfrazado de abuelita.
- ¿Y qué pasó?
- Y bueno, cuando entró el lobo ya estaba con hambre otra vez, y se la tragó de un solo bocado.
- ¿De un solo bocado? ¡Pobre!- dijo el zorro.
- Sí, pobre Caperucita- dijo la paloma.
- No, no, pobre lobo. El hambre que tendría para comer tan apurado.
- ¿Y después, don sapo?
- Nada. Ahí terminó la historia.
- ¿Y esos cuentos les cuentan a los pichones de la gente? ¿No son un poco crueles?
- Sí, don sapo- dijo el piojo-, yo creo que son un poco crueles. No se puede andar jugando con el hambre de un pobre animal.
- Bueno, ustedes me pidieron que les cuente... No me culpen si les parece cruel.
- No lo culpamos, don sapo, a nosotros nos interesa conocer esas cosas.
- Y otro día le vamos a pedir otro cuento de esos con tú.
- Cuando quieran, cuando quieran- dijo, y se fue a los saltos murmurando-: ¡Si sabrá de tú y de vosotros este sapo!


martes, 25 de septiembre de 2012

Carta para el Lobo.


 20 de Septiembre de 2.000

Querido Lobo: 

 Cuántos años han pasado ¿no? Seguramente Ud. está entrecano y con algún diente postizo, igual que Yo. Seguramente tendrá nietos. Yo tengo una que se llama Sidonia. Tuvimos varias discusiones de familia para que no la llamaran  con un  sobrenombre, Gordi, por ejemplo. Porque tenía unos rollitos que Ud. se hubiera almorzado.

Hablé con mi hija y mi yerno y les conté lo feo que fue para mí darme cuenta, ya de grande, que mi nombre real se borró de un saque porque a mi abuela se le ocurrió llamarme para siempre como a esa capucha roja hecha por sus propias manos. Y lo peor  es que yo no me daba cuenta. Y el mundo entero la apoyó.

Ud. se preguntará por qué le escribo. Bueno, ya que no lo maté cuatro o cinco veces como por momento tuve ganas, hoy quiero atar algunos hilos sueltos de nuestra historia.

Quiero contarle por ejemplo que yo fui al bosque porque mi mamá, con esa costumbre que suelen tener muchos grandes, me mandaba de delegada frente a mi abuela en lugar de ir ella. ¿No le parece arbitrario que mamá (sin motivos conocidos) mande a nena chica a que atraviese bosque con lobo para llevar manteca y tortas a abuela enferma? No entiendo por qué, si Ud. estaba en el bosque y ella lo sabía y  también sabía de su apetito, esa mamá mía no me acompañó o me enseñó a defenderme.

¿A Ud. le enseñaron algo  sobre las chicas que iban al bosque? Seguro que le dijeron que yo solamente era “comida” y que para ser un buen lobo había que comerse una chica.

Bueno, ahí andaba yo, sola. Pero el bosque estaba lleno de otras cosas. Además de las flores con las que mi mamá me dijo que no me entretuviera, había pájaros, escarabajos que hacían divertidas pelotas, cañas para hacer flautas, olores misteriosos. Me llené de preguntas. ¿Por qué las palomas hacían nidos tan pero tan chatos que los huevitos se les caían? ¿Por qué el pino y su fruto, la piña, tenían la misma forma puntiaguda? Si se lo preguntaba a mamá o a mi abuela  me contestaban. “Porque sí” o “Porque Dios lo quiso”, o que una chica debe  estar ocupada y no andar preguntando pavadas. Alguna vez el leñador me enseñó a orientarme en el bosque mirando de qué lado crecía el musgo en los árboles. Pero no lo terminé de entender, y lo veía tan poco...

Yo sentía que tanto mi mamá como mi abuela siempre tenían razón. Y esa mala costumbre de que se me escaparan pensamientos me ponía bastante mal. Cuando me encontré con Ud. sólo recordé la advertencia de mamá. “Cuidado con el lobo”. Pero -me dije atolondrada- ¿cuidado de qué? Encima me había entretenido con las flores, dos pecados juntos y pensar si la vieja no estaría equivocada. Para colmo Ud. era amable, poderoso y pícaro. Con una sola pregunta, con tres frases que me dijo, logró que yo le ubicara la casa de mi abuela, que fuéramos los dos para allá, y encima, Ud.  por el camino más corto y yo por el más largo.

Después, entre a la casa. A partir de ahí poco y nada recuerdo. Sólo el miedo y la oscuridad.

Dicen que Ud. me comió entera. Gracias, eso ayudó a que saliera bien parada. El leñador se portó, hizo lo suyo ese muchacho. La que salió muy enojada fue mi abuela que repetía todo el tiempo: “Yo le dije a tu madre, yo le dije a tu madre”.

En fin, don Lobo, pasó mucho tiempo. Pero cuando yo salí de su panza y pude sacudirme un poco el susto, me dije: “A estas ya no les hago más caso”. No sé si Ud. seguirá tan bestia como antes o cambió un poco después de semejante experiencia. Lo que sí sé es que sigue vivito coleando y tiene hijos y nietos como yo. Y que algo podría haber pensado sobre estas cosas.

La historia, para mí, siguió para adelante con mi hija, con la nieta. Cada tanto la pequeña Sidonia tiene que cruzar el bosque. Eso es inevitable, ni siquiera es noticia. Siempre se encuentra con todo lo probable de encontrar en un bosque. Pero ella sabe algo sobre esas cosas. ¡Con los tiempos que estamos viviendo!

La última vez se encontró con un lobito bastante piola y se hicieron tan pero tan amigos que no dan para personajes de cuentos como el que vivimos nosotros. Me alegro. Aunque parezca mentira, algo cambió en este mundo y por lo menos esta nieta mía necesita un cuento diferente.
Desde todos estos años que me sirvieron para mirarme mejor, lo saluda atte.


 Caperucita Roja.

Devetach, Laura. 1991
Oficio de palabra
Buenos Aires. Colihue

martes, 18 de septiembre de 2012

El lobo y Caperucita Roja (Versión del Lobo)


El Lobo y Caperucita Roja

(Versión del Lobo)


El bosque era mi hogar. Yo vivía allí y me gustaba mucho. Siempre trataba de mantenerlo ordenado y limpio.

Un día soleado, mientras estaba recogiendo las basuras dejadas por unos turistas sentí pasos. Me escondí detrás de un árbol y vi venir una niña vestida en una forma muy divertida: toda de rojo y su cabeza cubierta, como si no quisieran que la vean. Andaba feliz y comenzó a cortar las flores de nuestro bosque, sin pedir permiso a nadie, quizás ni se le ocurrió que estas flores no le pertenecían. Naturalmente, me puse a investigar. Le pregunte quien era, de donde venia, a donde iba, a lo que ella me contesto, cantando y bailando, que iba a casa de su abuelita con una canasta para el almuerzo.
Me pareció una persona honesta, pero estaba en mi bosque cortando flores. De repente, sin ningún remordimiento, mató a un mosquito que volaba libremente, pues también el bosque era para el. Así que decidí darle una lección y enseñarle lo serio que es meterse en el bosque sin anunciarse antes y comenzar a maltratar a sus habitantes.

La dejé seguir su camino y corrí a la casa de la abuelita. Cuando llegue me abrió la puerta una simpática viejecita, le expliqué la situación. Y ella estuvo de acuerdo en que su nieta merecía una lección. La abuelita aceptó permanecer fuera de la vista hasta que yo la llamara y se escondió debajo de la cama.
Cuando llegó la niña la invite a entrar al dormitorio donde yo estaba acostado vestido con la ropa de la abuelita. La niña llegó sonrojada , y me dijo algo desagradable acerca de mis grandes orejas. He sido insultado antes, así que traté de ser amable y le dije que mis grandes orejas eran par oírla mejor.

Ahora bien me agradaba la niña y traté de prestarle atención, pero ella hizo otra observación insultante acerca de mis ojos saltones. Ustedes comprenderán que empecé a sentirme enojado. La niña tenía bonita apariencia pero empezaba a serme antipática. Sin embargo pensé que debía poner la otra mejilla y le dije que mis ojos me ayudaban para verla mejor. Pero su siguiente insulto sí me encolerizo . Siempre he tenido problemas con mis grandes y feos dientes y esa niña hizo un comentario realmente grosero.

Se que debí haberme controlado pero salté de la cama y le gruñí, enseñándole toda mi dentadura y diciéndole que eran así de grande para comerla mejor. Ahora, piensen Uds.: ningún lobo puede comerse a una niña. Todo el mundo lo sabe. Pero esa niña empezó a correr por toda la habitación gritando y yo corría atrás de ella tratando de calmarla. Como tenía puesta la ropa de la abuelita y me molestaba para correr, me la quité pero fue mucho peor. La niña gritó aun más . De repente la puerta se abrió y apareció un leñador con un hacha enorme y afilada. Yo lo mire y comprendí que corría peligro así que salté por la ventana y escapé .
Me gustaría decirles que este es el final del cuento, pero desgraciadamente no es así. La abuelita jamás contó mi parte de la historia y no pasó mucho tiempo sin que se corriera la voz que yo era un lobo malo y peligroso. Todo el mundo comenzó a evitarme .
No se que le pasaría a esa niña antipática y vestida en forma tan rara, pero si les puedo decir que yo nunca pude contar mi versión. Ahora Uds. ya lo sabe.
 

miércoles, 11 de julio de 2012

TRABAJO PRÁCTICO Nº 2 DE PRÁCTICA DEL LENGUAJE.


TRABAJO PRÁCTICO Nº 2 DE PRÁCTICA DEL LENGUAJE.
  Las actividades deben ser realizadas en hojas enumeradas, con el nombre y el apellido. Luego, abrocharla a esta hoja.
·         Fecha de entrega: lunes 8 de agosto.

1.      Leer el cuento “Cenicienta” de las historias que poseemos en la carpeta de cuentos.

2.      Contar de qué trata el inicio (presentación de las personas y el lugar donde ocurre la historia), el desarrollo (conflicto) y el final (resolución del conflicto) del cuento. Ayúdate con todas actividades que realizamos hasta ahora.

3.      Escribe abajo la palabra




4.      Ahora completa la oración usando esas palabras (cada _ es una sílaba)

EL _ _  CORRIÓ AL _ _ Y NO LO ALCANZÓ PORQUE SUBIÓ A LA _ _ _ _

5.       Completa con estos adjetivos las oraciones de abajo.
                                        NEGRO   CAPRICHOSA   ESTUDIOSO

La niña en_ _ _ _ llora porque quería más regalos.
El joven _ _ _ _ se recibió de profesor
El gato _ _ se subió al árbol
6.      Escribir 2 oraciones que tengan adjetivos.